En dirección a 1854, Londres fue el epicentro de una devastadora oleada de cólera. Por aquel entonces un médico llamado John Snow decidió investigar la causa existente de la rápida propagación de la enfermedad. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Snow no estaba convencido de que las ideas generalizas de la época, las de las miasmas y el «elegancia corrupto» fueran las culpables.
Snow se planteó un método más irrefutable y analítico para entender que sucedía. Empezó a anotar –o, como diríamos hoy en día, georreferenciar– cada caso de cólera en un atlas de la zona afectada, una terminología que en ese momento no era habitual. Este atlas se convirtió en una aparejo crucial que le ayudó a visualizar la conexión entre los casos de cólera y su efectivo origen.
A medida que el atlas tomaba forma, se hizo evidente que la mayoría de los casos se concentraban más o menos de una explosivo de agua en particular en Broad Street. Este hallazgo fue fundamental, ya que apuntaba a que la enfermedad se transmitía a través del agua contaminada, y no por el elegancia. El atlas de Snow fue una prueba tangible que ayudó a cambiar la percepción normal sobre la transmisión de enfermedades.
El atlas del vídeo, recreado por Sarah Bell con After Effects es como el de Snow y utiliza el mismo atlas de la ciudad, pero animado, contabilizando las muertes diarias.
John Snow no solo ayudó a entender y controlar el brote de cólera en ese momento, sino que asimismo marcó el inicio de la epidemiología moderna. Su enfoque práctico y el uso ingenioso de los datos demostró que, con una observación cuidadosa y la aparejo del observación crítico era posible entender y controlar mejor las enfermedades contagiosas.
Snow no tenía un PC ni After Effects para crear un atlas tan visualmente atractivo y liviana de entender como el del vídeo. Pero su interpretación innovador sobre el papel, con datos meticulosamente anotadas, salvó un gran número de vidas y ha seguido haciéndolo desde entonces.
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