Me encontré con este maravilloso documental de la BBC Four Scotland titulado The Art of the Impossible: MC Escher and Me (2015) acerca de la relación entre el matemático británico Sir Roger Penrose y el artista neerlandés M.C. Escher. No sabía de lo intrincado de dicha relación, que acabó convirtiéndose en colaboración y admiración mutua, así que recomiendo echarle un vistazo mientras se pueda. Incluso el mismísimo Picasso sale por ahí. [En YouTube está dividido en dos partes de 15 minutos, en una cuenta de aquella manera; en la web de la BBC Four ya no está disponible, así que igual «desaparece» como suele pasar.]
Lo más importante es que Penrose no supo nada de la existencia de Escher hasta 1954, cuando se topó con una exposición de Escher en Amsterdam. Fascinado, al volver a Inglaterra trabajó en algunos diseños geométricos y matemáticos inspirados por lo que vio. Junto con su padre Lionel Penrose publicó en el British Journal of Psychology sobre famoso el Triángulo de Penrose (que ya había descubierto Oscar Reutersvärd en 1934) y algunas variantes. Esto llegó a manos de Escher, quien le devolvió por correo una nueva obra que había creado inspirado por el famoso triángulo. Era ni más ni menos que Ascendiendo y descendiendo (1960), uno de sus más icónicos trabajos.
Es interesante que hasta ese primer contacto Escher no hubiera indagado mucho más en las «figuras imposibles» –como las llamaba Penrose– pero a partir de ahí surgieron nuevas ideas y nuevos diseños, como el de Belvedere (1958) o la Cascada (1961). De estos existen cientos de variantes, algunas llevadas incluso al cine, como la famosa escalera infinita de Origen (2010).
En la segunda parte del documental, Penrose explica cómo descubrió a través de Escher las intrincadas complicaciones de la división regular del plano, su tratamiento de las simetrías, el infinito y otros conceptos. Escher no era matemático, pero irónicamente es con toda probabilidad el artista más admirado por los matemáticos, con obras suyas ilustrando todo tipo de libros y artículos relacionados con estos conceptos. Además de eso, también inspiró el arte psicodélico de la época hippie y no pocas portadas de álbumes musicales.
El asunto tiene su encanto por lo circular que resulta: finalmente fue Escher quien con sus ideas, misterio y divagaciones inspiró a Penrose en sus investigaciones científicas, cosmológicas y matemáticas. Algunas de las que creó, como la famosa teselación no periódica de Penrose se las envió a Escher, quien a su vez las convertía en diseños con animales y otros seres interesantes. Estas teselaciones existen hoy en día como parte de la decoración de suelos y edificios, entre otros sitios.
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