Esta pasada perplejidad SpaceX ha resuelto su octava empresa compartida. Conocida como Transporter 8, ha servido para poner en trayectoria sincrónica al Sol de 525 kilómetros de cota un total de 72 satélites de distintas operadoras de todo el mundo. Si los sumamos a los 52 satélites Starlink que había resuelto unas horas ayer en total la empresa puso en trayectoria ayer ni más ni menos que 124 satélites. Ha sido el tirada número 40 del año para SpaceX, que va para un año de récord en cuanto lanzamientos.
Aunque es una sigla respetable de todas las misiones de la serie Transporter es la cuarta que menos satélites ha puesto en trayectoria; sólo Transporter 4, con 40, Transporter 5 con 59 y Transporter 7 con 51 quedan por detrás. El récord sigue teniéndolo Transporter 1, con un total de 143 satélites.
Hay dos factores básicos que limitan el número de satélites que pueden ir en cada empresa: el peso total de las cargas enseres y los adaptadores necesarios para integrarlos en el cohete y el bulto arreglado en el interior de la cofia protectora del cohete.
Traza parcial de las cargas enseres de la empresa ayer del cerradura de la cofia protectora del cohete. Algunas de ellas están identificadas en esta imagen con rótulos – SpaceX
Es un tipo de misiones con gran demanda: ya no queda hueco en las misiones Transporter de SpaceX hasta el segundo trimestre de 2025. Y es un tipo de lanzamientos en el que se puede asegurar que SpaceX ha entrado un poco como un elefante en una cacharrería, casi copando el mercado.
La desventaja es que, aunque los lanzamientos son relativamente baratos, tienes que esperar a que el cohete esté atiborrado –SpaceX hace un par de lanzamientos de este tipo al año– para hacer el tirada; por eso empresas como Rocket Lab, que ofrecen disponibilidad casi inmediata en sus lanzamientos dedicados, asimismo tienen un hueco en el mercado.
Curiosamente uno de los satélites que iban a costado era el W-Series 1, fabricado por Rocket Lab y basado en su plataforma Photon para Varda Space Industries, que pretende demostrar la capacidad de inventar ciertos productos en el espacio.
Además está ya en el espacio el primer motor eléctrico diseñado por Neumann Space, que usa una vara metálica como combustible en área de un gas como es tradicional. Va montado en un adiátere de Skykraft, que pretende crear una constelación de ellos para ayudar con la administración del tráfico volátil.
Y asimismo iba a costado el URESAT de la Unión de Radioaficionados Españoles.
La primera etapa del Falcon 9 que lanzó la empresa volaba por novena vez al espacio y al terminar con su cometido principal volvió a la zona de aterrizaje de Vandenberg, lo que marca la recuperación número 200 por parte de una primera etapa por parte de SpaceX.