Google ha sido una de las empresas secreto en el expansión de la estructura necesaria para el teletrabajo. Herramientas como Google Meet, Drive o el Gmail entre otras muchas fueron esenciales en los tiempos más duros del confinamiento y ampliaron sus funciones para soportar a lengua el maduro experimentación de teletrabajo de la historia.
Sin incautación, en los últimos meses la empresa de Mountain View ha acogido una política mucho más beligerante con el teletrabajo, imponiendo el maniquí de trabajo híbrido en el que obliga a aparecer a sus oficinas al menos tres días a la semana.
Más presencialidad, ileso contadas excepciones. Hace unos días, Fiona Cicconi, principal responsable de personal de Google, enviaba un correo interno a los empleados de la compañía invitándoles a adoptar un maniquí de trabajo híbrido acudiendo a las oficinas de la compañía al menos tres días por semana. Según Cicconi, “simplemente no hay sustituto para reunirse en persona y no hay duda de que trabajar juntos en la misma sala marca una diferencia positiva”.
Google no es la única compañía que está dando un gracia de timón en torno a el teletrabajo, Meta o Microsoft asimismo están adoptando estas políticas, ileso en contadas excepciones con casos muy específicos que permiten perdurar el trabajo en remoto.
Empleados de primera y de segunda. La responsable de personal de Google indicaba en su correo que la auxilio a la oficina se tendrá en cuenta en las valoraciones de rendimiento periódicas y de las que dependen su futuro en la compañía.
En su empeño por incentivar un maniquí de trabajo híbrido, en el que se combine la auxilio presencial a las oficinas con trabajo en remoto, se mueve por el delgado filo de la discriminación en torno a los empleados que deciden hacer caso omiso de las “invitaciones” a retornar a la oficina.
No la única desigualdad que podría darse entre trabajadores presenciales y remotos. La compañía ya venía aplicando una reducción de hasta el 25% de su salario para quienes decidan teletrabajar renunciando a la compensación determinada por la sede, retribución sí reciben quienes acuden a las oficinas.
Retornar a unas oficinas con menos servicios. En 2021 Google canceló definitivamente la construcción de su macrocampus en California, y aplicó algunos recortaduras en los servicios de sus oficinas prescindiendo de los servicios de cafetería gratuita para sus empleados y obligándolos a compartir escritorios y material de oficina. Por lo que el marco que van a encontrarse los empleados de Google con la reverso a sus oficinas no será tan confortable como el que tenían antiguamente de la pandemia.
Promesas incumplidas. Frente a las promesas y las facilidades que en su día las empresas dieron para el teletrabajo, muchos empleados cambiaron su residencia acullá de las oficinas de sus empresas buscando un nuevo esquema de vida o soluciones de vivienda más asequible. Con el cambio de tendencia, estos trabajadores no pueden retornar a sus puestos originales.
Voces discrepantes con la presencialidad. El cambio de tendencia en torno a el trabajo híbrido parece imponerse entre la mayoría del mercado gremial en caudillo y no solo en las Big Tech. Sin incautación, asimismo hay voces discrepantes como la de Michael Dell, que contradice las decisiones de los responsables de personal de su propia empresa convirtiéndose en un firme defensor del trabajo en remoto.
“Si tienes que forzar las horas presenciales en una oficina para gestar la colaboración y saludar un sentimiento de pertenencia adentro de tu estructura es que lo estás haciendo mal”, dijo el fundador de Dell a sus directivos.
En Xataka | Socorro, el chat del trabajo y las reuniones no me dejan trabajar
Imagen | Google