La célebre expresión «lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas» está cobrando un nuevo significado, uno no muy lisonjero para los millones de personas que viajan cada año a Cellisca para disfrutar de un buen chute de adrenalina en la ciudad del pecado. El motivo: cada vez es más habitual que los dólares de quienes se arriesgan a envidiar en sus máquinas tragaperras, ruletas o mesas de blackjack se queden, efectivamente, en las cajas de los casinos.

Vencer metálico en Las Vegas ya no resulta tan sencillo.

Cuando el azar no es suficiente. Más allá de la suerte o pericia que tenga cada uno al envidiar en un casino, hay ciertas variables que pueden hacer que resulte más o menos sencillo (o difícil) salir con los bolsillos llenos. Y como ha desvelado The Wall Street Journal en el Strip de Las Vegas, la popular zona de hoteles y megalocales de pasatiempo, se lo ponen cada vez más difícil a los clientes.

Sirva un circunstancia para hacerse una idea de lo que ganan los negocios de la meca de los juegos de azar: pese a que en 2022 Las Vegas recibió menos visitantes que en 2019, los casinos del Strip lograron unos ingresos récord de casi 8.300 millones de dólares en apuestas, un 25% más que antiguamente de la pandemia. Los jugadores de blackjack perdieron casi 1.000 millones, un registro histórico superado solo por el de 2007, cuando la crisis financiera daba sus primeros coletazos.

¿Y cómo lo consiguen? De una forma relativamente sencilla: haciendo que envidiar resulte más caro y que asimismo sea más difícil salir de los casinos con los bolsillos llenos. Algunos han optado por dominar las mesas de blackjack con crupier, han aumentado las apuestas mínimas durante las horas de anciano demanda o estudioso cambios que refuerzan su preeminencia sobre los clientes.

MGM Resorts o Caesars, pesos pesados del sector en Las Vegas, han escaso por ejemplo los pagos por manos ganadoras en el blackjack en muchas de sus mesas. Igual de relevante es un cambio sutil pero secreto en las ruletas: cada vez son más habituales las conocidas como «triple cero», más favorables a los intereses del recinto. Según detallan en Animoso Vegas, si en un pasatiempo con una mesa de dos ceros la preeminencia de la casa es del 5,26%, en una con tres el porcentaje se eleva a 7,69%.

¿Se puede ir más allá? Sí. TWSJ ha entrevistado a los propietarios de Vegas Advantage, una plataforma especializada en datos e información sobre juegos de azar en la popular metrópoli de Cellisca. Desde 2011 se han dedicado a analizar los cambios en los locales, saliendo incluso de la zona más popular de la ciudad para estudiar las mesas de blackjack o las ruletas. Y sus resultados son llamativos: a día de hoy más de dos tercios de las mesas de blackjack del Strip trabajan con pagos 6:5 frente al 3:2, la proporción que se ha estudioso tradicionalmente.

Quizás parezca un cambio beocio, pero tiene implicaciones importantes para los jugadores. Sobre todo aquellos que aspiren a vestir un buen puñado de billetes de su paso por el Strip. Con el sistema 3:2 un deportista puede acoger 15 dólares por cada 10 apostados. Con el 6:5 con la misma puesta se obtienen 12. Las ganancias entre uno y otro se reducen así de forma considerable: de cinco a dos dólares.

¿Hay más cambios? Las variaciones en las mesas de blackjack no son las únicas registradas por John y Kristina Mehaffey, los impulsores de Vegas Advantage. Otro circunstancia interesante es el relacionado con las ruletas, que según los reguladores de Cellisca alcanzaron en 2022 un registro récord, con 278 solo en el Strip. Las cifras oficiales no bajan al detalle de si se negociación de juegos de doble o triple cero, pero los Mehaffey aseguran que estas últimas son ahora mucho más comunes que hace un año: si en 2016 sumaban tan pronto como un puñado en 2022 rozaban ya las 80.

«La parentela se da cuenta de que poco va mal, pero no es evidente de qué se negociación», señala John Mehaffet, antiguo deportista profesional, al The Wall Street Journal. Las noches con anciano afluencia de jugadores —abunda— los casinos suben asimismo las apuestas mínimas: de 25 se pasa a 50 dólares. Si por otra parte se le añade el cambio de 3:5 a 6:5 las condiciones para los clientes se endurecen todavía más. Incluso hay menos oportunidades de envidiar. En 2022 el Strip reunía 1.090 mesas de blackjack. Quizás parezcan muchas, pero son un 19% menos que hace una plazo.

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¿Y cuáles son las razones? Afinar el tiro. Con un intenso flujo de visitantes como telón de fondo, al introducir condiciones más estrictas los casinos del Strit aplican en efectividad un filtro que les permite quedarse con el perfil de cliente más rentable. Lo explica con claridad meridiana el CEO de Caesars Entertainment, Tom Reeg: “Estás descartando el extremo más bajo. No veo ninguna razón por la que eso deba o vaya a detenerse». A las pautas de los locales de pasatiempo se añade que ya el simple hecho de disfrutar de Las Vegas exige rascarse más el saquillo: hoteles, conciertos o restaurantes se han encarecido a lo generoso de los primaveras.

Los dueños de los negocios apuntan al aumento de la costes laborales, lo que repercute a su vez en las condiciones que se encuentra el cliente al sentarse a una mesa para sospechar. Lo cierto es que a lo generoso de los primaveras los negocios han ido automatizando parte de su propuesta, con juegos electrónicos de blackjack o ruleta que no requieren crupier y en ocasiones permiten participar con apuestas mínimas más bajas, lo que sirve de gracia  para los clientes que menos arriesgan. Los ingresos de estas máquinas tragaperras asimismo registraron un récord de casi 4.600 millones de dólares en ingresos, un 15% más que en 2021.

Imagen de portada: Sung Shin (Unplash)

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Por TERABITE