«La risa es un examen valioso para la salubridad», decía Aristóteles hace ya un buen puñado de siglos. Poco parecido deben de pensar los desarrolladores del software de compresión y descompresión de archivos WinRAR, que a lo amplio de las últimas semanas han demostrado un fino sentido del humor en presencia de las adversidades. Al mal tiempo, ya se sabe: buena cara… y una saludable sonrisa, como decía el sabio de Estagira.
Su final alarde de humor lo han hecho hace solo unos días, vía Twitter, para darle las gracias a Luca D´Amico, un desarrollador que acababa de desembolsar 25,57 dólares por su atrevimiento. «Por fin un miembro de cuota de la clan WinRAR», publicó la compañía contiguo al emoji de una carita con el saludo marcial.
Para entender el mensaje y qué tiene de particular el visaje de D´Amico hace descuido memorar qué es WinRAR, utensilio que en ingenuidad poco tiene de nueva: sus orígenes se remontan a la plazo de los 90, a los tiempos del Windows de 32 bits, cuando se lanzó como una forma eficaz de comprimir y descomprimir archivos de múltiples formatos, como ZIP, TAR, Gzip o por supuesto RAR.
Delante los desafíos… sentido del humor
El suyo no es el único software que lo hace. Hay otras alternativas tan o más populares, como 7Zip, aunque por sus características WinRAR ha conseguido hacerse con una comunidad de incondicionales, como explicaban en 2021 en Genbeta.
Si la utensilio tiene una peculiaridad no es su veterano o beocio capacidad para fidelizar usuarios, sino poco mucho más cotilla y práctico: una vez superados los 40 días de prueba gratuita WinRAR te recuerda con una amable ventanita emergente que debes acontecer por caja para hacerte con una atrevimiento.
Eso sí, a diferencia de otros programas no va más allá.
Dicho en román paladino: WinRAR permite que sigas disfrutando de sus funciones sin más repercusión que ver cómo, cada vez que abres el software, salta el mismo, insistente e incansable mensajito que te recuerdas que no aún has pagado: «Tenga en cuenta que WinRAR no es software autónomo. Luego de 40 días de prueba, debe comprar una atrevimiento o eliminarlo de su ordenador». Cero más. Cero menos.
De ahí que con el paso de los abriles lo del cuota por la atrevimiento de WinRAR y la sempiterna ventana se hayan convertido casi en un chascarrillo. Tirando de ironía hay incluso quien ha llegado a comparar a los usuarios que pasan por caja con una suerte de «seres mitológicos”. Al fin y al agarradera… ¿Por qué sacar la cartera y, como acaba de hacer D´Amico, dejarse casi 30 euros si hay otras alternativas gratuitas o incluso se puede utilizar el mismo servicio completamente infundado?
Pues perfectamente. D´Amico no está solo.
Hay quien le ha precedido, como nuestro compañero Marcos Merino, quien en este interesante reportaje publicado en 2021 en Genbeta explica las razones que a finales de 2018, tras más o menos de una plazo y media usando WinRAR, le llevaron a gastarse 20 euros en comprar su atrevimiento con un descuento del 50%.
Hace no tanto otro usufructuario llegó a comprar incluso un CD con una copia del software, como relatan en LGR Blerds, si perfectamente en ese caso el desembolso parece contestar más a una broma que a un deseo existente de respaldar a los desarrolladores. WiNRAR sigue siendo a fin de cuentas una utensilio totalmente útil en 2023, pero mucho menos se estila comprar software en CDs.
Con similar telón de fondo se entiende mejor que cuando hace unos días D´Amico subió a Twitter una foto de una suma de WinRAR por 25,57 dólares, precio, todo sea dicho, que incorpora una deducción del 22%, la compañía decidiera celebrarlo tirando de ironía: «Por fin un miembro totalmente de cuota«.
El seña no significa, claro está, que en WinRAR estén esperando a que sus usuarios se harten de sus mensajes y pasen al fin por caja. Sus responsables presumen de tener cerca de 500 millones de usuarios en todo el mundo, a los que ofrece un servicio compatible con Windows 10 y 11 y, han enfrentado una interesante fuente de ingresos en otro ruedo: el del mercado corporativo.
A un particular quizás le resulte más o menos liviana ignorar sus mensajes de advertencia; cuando se manejo de una empresa, sin confiscación, lo de seguir utilizando un software una vez expirado el período de prueba resulta más problemático.
De ahí que hace unos días, cuando Microsoft anunció que ofrecería en Windows 11 soporte nativo para los archivos RAR, una de las primeras compañías que se morapio a la mente de muchos fuera WinRAR, que ve cómo aumenta su competencia.
La respuesta de sus creadores al enterarse de los planes de Redmond destila sin confiscación el mismo fino sentido del humor que usaron para pagar a D´Amico que comprar una copia oficial. Publicaron un tuit sencillo, pero convincente: el notorio meme del perro que proclama «This is fine» mientras a su más o menos campan las llamas contiguo a una frase: «Nosotros ahora mismo #Windows11».
El poder curandero de la sonrisa, que ya decía Aristóteles.
Vía: Genbeta
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