Desde su creación tras la Segunda Desavenencia Mundial, la OTAN nunca había desplegado su poderío marcial vaporoso como ahora. Durante dos semanas, del 12 al 23 de junio, se está llevando a final la operación Air Defender 23. Unas maniobras militares sin precedentes que llevan preparándose desde hace cuatro primaveras, pero que con la irrupción de Rusia en Ucrania han adquirido un matiz mucho más relevante.

Más de 10.000 militares y 250 cazas. Los números de esta maniobra muestran aceptablemente el zona de influencia. Participan 25 países distintos, aportando 10.000 militares y donde se practicará con 250 aeronaves.

La operación se realiza en el espacio vaporoso europeo y será coordinado por las Fuerzas Aéreas alemanas. Oportuno a su zona de influencia, el espacio afectado es enorme, pero principalmente se centra en tres zonas: del Mar Báltico a Alemania Uruguayo; de Baviera hasta Renania y desde Descenso Sajonia al Mar del Boreal y el espacio vaporoso holandés. Si aceptablemente, incluso se esperan operaciones en la República Checa, Letonia y Estonia.

Una demostración de fuerza «defensiva». «Somos una alianza defensiva y así es como se planeó este control, no está dirigida contra nadie», explica Ingo Gerhartz, teniente caudillo de la Luftwaffe alemana.

Air Defender 23 se empezó a planear en 2018 y no ha sido hasta ahora cuando se ha puesto en marcha. Participan 25 de los 30 países de la OTAN, incluyendo un centenar de F-35 estadounidenses, una nave espacial de transporte de las Fuerzas Aéreas japonesas (país invitado) y decenas de Eurofigther europeos, incluyendo tres modelos proporcionados por el Ejército del Gracia y el Espacio de España.

Air Defender 23 Zonas

Poniendo a prueba decenas de cazas de combate. Entre los cazas de combate que participan encontramos F-35 Lightning II, F-15, F-16 Falcon, A-10, PA-200 Tornado, drones MQ-9, C-130, A-18C, bombarderos B1, KC-135, C-17 o K-46. Más de 40 modelos diferentes de aviones de combate que sobrevolarán bóveda celeste europeo entre 2.500 y 15.000 metros de consideración.

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Según explican los responsables, estos aviones participarán en maniobras de combate. Se incluirán aviones enemigos simulados, de nombre en esencia Red Air, y los aviones aliados ‘Blue’ deberán entrenar como si estuvieran luchando contra un enemigo potencial.

El principal objetivo es probar la capacidad de las Fuerzas Aéreas de la OTAN, no solo en combate, incluso la capacidad de reaccionar y representar a gran escalera. Entre otros aspectos se medirá incluso la capacidad para proteger a la población de misiles de zona de influencia medio.

Se ha intentado mitigar el impacto. Según explica la Fuerza Aérea Alemana, se ha intentado que el impacto de Air Defender 23 en la población sea lo más bajo posible. Por ello de las tres zonas, «solo se utilizan con fines militares en horarios escalonados y nunca simultáneamente hasta por cuatro horas al día».

Esperan que estas maniobras no provoquen cancelaciones, aunque sí reconocen que habrán muchos retrasos. Con todo, recomiendan consultar las afectaciones concretas con cada aerolínea.

Miles de vuelos afectados durante dos semanas. Solo han pasado un par de días, pero el impacto de este despliegue sin precedentes ya está pasando extracto en el espacio vaporoso europeo.

Miles de vuelos comerciales en Europa se están viendo afectados al tener que adaptar sus rutas. Según explica Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas, más de 5.000 vuelos serán afectados.

Imagen | Bundeswehr

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Por TERABITE