La volatilidad de los mercados financieros y su impacto sobre la cotización de las monedas hace que muchos se pregunten si existe alguna guisa de controlar esta amenaza. Mientras tanto, muchos desearían proteger algunos precios, como la energía, de las oscilaciones de los mercados de divisas.

La política económica cuenta con un útil para ello: los tipos de cambio múltiples. ¿En qué consisten? ¿Funcionan positivamente? ¡Veámoslo!

¿Qué son los tipos de cambio múltiples?

Se tráfico de aplicar diferentes ratios de conversión entre la moneda doméstico y otras divisas, de acuerdo a los criterios establecidos por las autoridades económicas o monetarias

Lo primero que debemos hacer es delimitar el concepto. ¿Qué es un tipo de cambio? Un tipo de cambio es el precio de una moneda expresado en otra. Normalmente, ese ratio de conversión es determinado en los mercados financieros, con pequeñas diferencias entre un mercado y otro.

Por poner un ejemplo, supongamos que la moneda circunscrito cierra la etapa a 10 unidades por dólar. Eso significa que al día sucesivo, quienes quieran negociar en sus cuentas bancarias y les apliquen el zaguero precio de suspensión, deberán comprar o traicionar a 10. Más allá de que sean empresas o particulares, o del uso que vayan a dar a ese cuartos, el tipo de cambio será el mismo para todos.

Los tipos de cambio múltiples rompen esta igualdad. Existen cuando un gobierno o parcialidad central obliga a los agentes financieros, como los bancos, a aplicar ratios de conversión diferentes de acuerdo a algunos criterios.

Uno de los más frecuentes suele ser el sector. En ocasiones, se impone un tipo de cambio más benévolo a los sectores exportadores que el gobierno quiere apoyar. En otros casos, la moneda extranjera se encarece artificialmente para desincentivar las importaciones.

Por otra parte, los tipos de cambio múltiples pueden ser una forma estafa de controlar la salida de divisas del país. En Argentina, por ejemplo, durante primaveras los turistas que querían salir al extranjero han soportado un tipo de cambio superior al oficial del gobierno.

Esto significa que cada adquisición les resulta más cara en moneda circunscrito, lo que reduce su capacidad de consumición. Al hacerlo, se reduce igualmente la pobreza de los bancos argentinos de realizar pagos al extranjero en dólares, lo cual relaja igualmente la demanda de moneda extranjera en el Mesa Central.

Un útil de la política económica

Mientras más se aleje el tipo de cambio oficial del que indica el mercado, más pobreza suele acaecer de aplicar tipos distintos a determinadas actividades

Por lo tanto, parece evidente que se tráfico de una política intervencionista que persigue determinados objetivos económicos. No por casualidad, su aplicación suele ir acompañada de medidas más duras, como controles de capitales o límite de la compraventa de divisas. Al mismo tiempo, los tipos de cambio múltiples son habituales en los países donde los bancos centrales tienen poca independencia con respecto al gobierno.

Otra característica es que suelen aplicarse donde el tipo de cambio «por defecto» es determinado directamente por el gobierno, y no por los mercados financieros.

La razón es sencilla. Si el tipo de mercado es 10 y el oficial es el mismo, el gobierno no tendrá ningún incentivo a vestir más cuartos en fomentar la exportación, porque los exportadores liquidarán sus ventas a ese precio igualmente. Pero si el tipo oficial es 5, la exportación será mucho menos rentable, con lo cual habrá menos ventas al foráneo y, por lo tanto, menos crecimiento y empleo.

En ese contexto, el gobierno puede aplicar un tipo de 10 para que los exportadores consigan la misma cantidad de dólares que tendrían en un mercado atrevido. De esa guisa, tienen un incentivo para prolongar o incluso aumentar su actividad.

Lo mismo puede decirse de las importaciones. El gobierno podría imponer un tipo de 15 (más parada) para desincentivar la adquisición de productos en el extranjero. Pero igualmente podría conceder un tipo de 5 (más bajo) si quiere fomentar algunas importaciones, por ejemplo de posesiones de hacienda.

Ventajas del sistema

Se tráfico de un útil muy efectivo para influir en los precios y controlar los mercados financieros

Para los gobiernos, es evidente que este régimen aporta grandes ventajas. Como hemos comentado, es un útil muy efectivo para la política económica. Por otra parte, permite incrementar el control sobre los mercados financieros.

En primer empleo, los tipos de cambio múltiples permiten a los gobiernos influir en los precios de forma estafa. De esta guisa, se evitan los controles directos de precios, que suelen ser muy impopulares.

En este sentido, es indudable que tienen un válido impacto en la actividad de los sectores económicos afectados de forma más directa. Recordemos que en las economías de mercado, la medida de la escasez relativa de medios son los precios. El precio de un producto señala a empresarios y consumidores indicadores tan esenciales como la rentabilidad de producirlo o la capacidad de comprarlo. Manipulando ese precio, la proposición y la demanda igualmente tienden a cambiar, ajustándose a la nueva coyuntura.

En segundo empleo, al menos a corto plazo se pueden contener problemas como una salida masiva de capitales o una devaluación muy válido de la moneda. En países con mercados financieros inestables y poco desarrollados, especialmente afectados por la incertidumbre, pueden ser una alternativa útil que evita tomar medidas más duras.

La asignación de medios, primera víctima de los tipos de cambio múltiples

Sin retención, igualmente existen importantes objeciones a los tipos de cambio múltiples. La primera de ellas parte de la afirmación que acabamos de hacer: es un útil de control con grandes ventajas para los gobiernos. Pero eso no significa que necesariamente sea favorecedor para la crematística, y por extensión para los ciudadanos.

De hecho, aplicar tipos de cambio distintos suele terminar con la gran delantera que posee un sistema de precio único: la asignación capaz de los medios. Veámoslo con un ejemplo.

Desviando medios

La asignación de los medios ya no se hace de acuerdo a los precios, sino según factores políticos que pueden carecer de método económica

Imaginemos que en una crematística atrevido dos empresas de sectores diferentes exportan a 10 unidades monetarias por dólar. La empresa A tiene una rentabilidad del 25 % y la empresa B del 10 %. Eso significa que por cada dólar vendido, A tendrá 2,5 monedas locales como beneficio, mientras que B solo ganará 1.

Al ser A más rentable, lo habitual es que contrate más factores de producción (mano de obra, inversiones, etc.) que B. De esta guisa, la crematística del país puede dirigir una proporción veterano de sus esfuerzos en dirección a las actividades más rentables, gracias al sistema de precios.

Supongamos ahora que el gobierno impone un tipo oficial de 5 a toda la crematística, pero por motivos políticos quiere apoyar al sector donde opera la empresa B. Por ello, otorga a dicho sector un tipo de 15, superior al de mercado.

Bajo estas condiciones, la empresa A pasará a cobrar tan pronto como 1,25 en moneda circunscrito por cada dólar vendido. Por su parte, la empresa B ahora ganará 1,5.

Como podemos observar, se han invertido las tendencias: aunque los márgenes de beneficio son mayores en A, la empresa B es más rentable gracias a que se le aplica un tipo de cambio más benévolo. Eso significa que muchos medios que antiguamente se empleaban en A pasarán a B.

Las consecuencias de esta desviación no son menores. En el fondo, implican que la asignación de los medios en la crematística no se hace de acuerdo a los precios (que, a su vez, expresan la proposición y la demanda) sino según factores políticos que pueden carecer de método económica. Podemos encontrarnos en una situación donde se retraen medios de actividades rentables, que satisfacen una demanda vivo, para llevarlos a producir posesiones que no son apreciados por los consumidores.

Desajustes múltiples

A dilatado plazo, pueden arribar situaciones en las que el pasivo sabido o las reservas internacionales se vean seriamente comprometidos

El segundo gran problema es que las consecuencias de un régimen de tipos de cambio múltiples no se quedan en un caso tan sencillo como el ejemplo mencionado. A escalera macroeconómica, estamos hablando de miles de empresas y trabajadores, y de grandes cantidades de hacienda físico y financiero dirigidas en dirección a una dirección equivocada.

Por otra parte, estas políticas pueden originar dependencia y crear círculos viciosos de los que luego es muy difícil salir. No olvidemos que si se beneficia artificialmente a una empresa poco rentable, se le quitan los incentivos para que emplee de forma más capaz sus medios.

Por otra parte, los sectores privilegiados siempre tienden a crecer. Y mientras más peso tengan en la crematística del país, más presión podrán hacer sobre el gobierno para que mantenga sus privilegios.

Se puede originar así un contexto donde se dedican demasiados esfuerzos a producir posesiones que no son tan demandados por el resto del mundo, mientras los empresarios que positivamente satisfacen las micción del mercado tienen dificultades para producir.

Los mayores perjudicados son los consumidores, pero igualmente los trabajadores de los sectores no privilegiados, ya que reciben una renta inferior a la que les correspondería.

Por zaguero, las autoridades igualmente pueden salir perjudicadas a dilatado plazo. Al fin y al lengua, prometer a un sector un tipo de cambio superior al de mercado obliga al Mesa Central o al gobierno a acreditar la diferencia. Y como todos los sectores tienden a presionar para mejorar sus condiciones, pueden arribar situaciones en las que el pasivo sabido o las reservas internacionales se vean seriamente comprometidos.

Conclusiones

Posteriormente del proteccionismo de los primaveras 30 del siglo XX, esta actos ha caído en desuso

Como hemos comentado, los tipos de cambio múltiples son un útil muy efectivo de control de la crematística para los gobiernos. A través de ellos, un gobierno puede influir en los precios, con fuertes repercusiones sobre el crecimiento, el empleo y la asignación sectorial de los medios. Por otra parte, las transacciones financieras con moneda extranjera pueden hallarse reorientadas en la dirección deseada por la política económica.

Dolar2

Sin retención, el coste de implementar estas medidas suele originar controversia, tanto en la procreación de ineficiencias en la crematística como en la pérdida de reservas internacionales. No es casualidad que, a posteriori del proteccionismo de los primaveras 30 del siglo XX, esta actos haya caído en desuso. Una excepción importante es Argentina, donde existe una gran controversia al respecto y cuyas múltiples cotizaciones oficiales del dólar podemos observar en la gráfica superior.

En la ahora, el sistema sobrevive en economías relativamente cerradas y con mercados financieros en extremo regulados, como Argentina, Cuba, Venezuela o Zimbabwe. Aun así, cuenta con numerosos defensores en estos países y en otros de la región, normalmente adherido a posturas proteccionistas. En cualquier caso, el debate sigue despejado, y como siempre lo seguiremos explicando en Economipedia.

Por TERABITE