El cinturón de asteroides del Sistema Solar está repleto de pequeños cuerpos rocosos que no pudieron en su día formar un planeta. Sin confiscación, cuando los vemos representados en imágenes bidimensionales o en películas parecen muy grandes e impenetrables, como si fueran miles o millones de Tierras dando vueltas por ahí.
La existencia es que no son para tanto: A pesar de las gigantescas distancias que recorren en la trayectoria entre Marte y Júpiter, su masa combinada es menos del 4 por ciento de la de nuestra Escaparate. Así que difícilmente sería posible chocar con ellos si pasaras por allí en tu nave espacial.
Otro tanto ocurre con los majestuosos anillos de Saturno, que además parecen muy «sólidos». Casi ninguna de las rocas de que están formadas mide siquiera 10 metros de diámetro. Todas las rocas juntas suponen tan solo el 40% de la masa de Mimas, una de las pequeñas lunas del planeta. Es el problema de siempre: una cuestión de escalera en su representación gráfica. [Fuente: Astronomy Magazine; imagen (CC) Wikimedia.]