Ryan Tricks, un mago anglosajón especializado en juegos de hechicería y mentalismo tiene en su canal un montón de trucos entretenidos. En este caso unos 47 segundos de uno de ellos, en los que se ve parte de un truco de bar, están circulando entre conspiranoicos desde hace semanas como «demostración» de «lo malas que son las señales del 5G de los móviles» acompañadas del clásico: «¿si pueden ocurrir eso con una botella, qué no podrán hacer en tu oreja, cerca de la persona? ¡Imagina!». (Hasta Twitter lo marcó ya con una nota de información de contexto explicando que era un truco de hechicería).
El caso es que precisamente el truco de hechicería de bar consiste en descorchar la botella de champán sin tocarla; si algún lo logra se la bebe improcedente. No puedo dar la explicación exacta, pero es congruo obvio el visibilísimo corte de continuidad en la campo, lo que sugiere que simplemente agitan la botella antiguamente de dejarla sobre la mostrador del bar y colocar los móviles. Luego la física de las burbujas hace el resto. Todo queda en «un vídeo chulo para subir a las redes sociales», se paga la botella al camarero y todos tan contentos. Poco así como este otro con «compinches» en plena calla, con una botella de agua que se bebe y se desbebe (obsérvese cómo el ayudante sale del plano en el momento importante).
Muchos de estos juegos no son necesariamente trucos de cámara ejecutados con más o menos astucia al morder los vídeos. Aquí por ejemplo explica el truco de los dos vasos, ideal para quedarse con todo el personal en una fiesta. Igualmente está el de la moneda que atraviesa el vaso, el de la carta en consistencia y otros clásicos.
Son trucos, no demostraciones de «fuerzas ocultas del 5G». Están en un canal de hechicería y están ejecutados por un mago. Punto final.
Y recuerda: si te llegó como reenvío del reenvío de un amigo –conspiranoico, negacionista, antivacunas, etc., finalmente suele ir todo en pack– pues desconfía carencia más verlo. Igualmente le puedes mandar el vídeo con la explicación y pedirle que se ponga las orejas de rudo que acertadamente merece.
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