En este debate sobre la Biología del vacante gusto el gran Robert Sapolsky se enfrenta –pero muy amablemente– con Kevin Mitchell, en una conversación tranquila y relajada; carencia de youtube chirriante. Sapolsky defiende como es metódico su idea de que nuestro comportamiento es determinista porque está influenciado por factores biológicos, genéticos, ambientales y sociales y que por consiguiente no existe el vacante gusto (su postrer texto: Determined: A Science of Life without Free Will).
En el turno de preguntas el moderador, Theodor Nenu rejón esta:
Nenu: ¿Cómo podemos dar sentido a nuestros logros si no tenemos vacante gusto? Me refiero al trabajo de toda una vida, o al escribir un texto, que requiere mucha motivación. Si algún piensa que en existencia no tiene mérito, que está todo determinado y que en el fondo es el producto de lo que tú mismo eres a «bajo nivel»… ¿No hay hado cierta tensión entre ambas situaciones?
A lo que Sapolsky contesta con un terminante:
Sapolsky: Oh, no siento esa tensión en tajante porque el 95% de las veces soy un auténtico hipócrita, porque no podría funcionar si no lo fuera. Así que si algún me dice «vaya, ¡bonita camisa!» o lo que sea durante tres milisegundos, acto seguido me siento complacido y de alguna guisa interpreto que resulta que soy una persona mejor de lo que hubiera sido de otra guisa (…) Todo lo que veo como imperativo decente es detenerme en ese punto y reflexionar y reflexionar y reflexionar, y salir a la conclusión de que no es casualidad que me haya convertido en el tipo de persona que por ejemplo escribiría un texto (…) Pero es sobrado raro esperar que algún funcione de esta guisa todo el tiempo y estoy seguro de que yo mismo no puedo.
Tal vez lo mayor a lo que se puede aspirar es es sospechar de esos momentos en que las cosas parecen obvias porque sabemos cómo funcionamos y entonces reflexionar. Lo que hemos demostrado históricamente es que podemos hacerlo y que hoy pensamos diferente sobre algunas cosas que en el pasado, y que al hacerlo el techo no se hunde, sino que se convierte en un mundo más humano (…) Sin requisa, la veterano parte del tiempo no es posible funcionar de esta guisa, hay que trabajar para lograrlo.
Aunque esto fue lo que más me llamó la atención el resto del debate está igualmente muy correctamente; Sapolsky parece claramente «vencedor» (si no convencedor) en presencia de unos argumentos un tanto más débiles y menos elaborados ni verificados.
Si quieres fomentar tu alma con poco con sustancia puedes hasta mirarte su curso de Biología del comportamiento humano (2010) en Stanford. De gorra, auténtico y muy instructivo.
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