Las grandes bancarrotas han traído consigo etapas de crisis económica y grandes dramas sociales. Tras ellas, hay decisiones fatales, escándalos de corrupción, conflictos de intereses, errores de diligencia y fraude mediante contabilidad creativa. En Economipedia analizamos las principales bancarrotas y sus mercancía económicos y sociales.
El hundimiento de un gran sotabanco o de una gran empresa va más allá del colapso de la propia entidad. Las consecuencias se hacen notar rápidamente y la bienes entra en una bucle destructiva. Los inversores pierden sus ahorros, quedan deudas impagadas, la actividad económica se deprime y se produce una destrucción en condena de puestos de trabajo.
Por ello, es aconsejable retornar la paisaje detrás y educarse de los errores del pasado. El estudio de la historia nuevo y de las grandes quiebras financieras ayuda a todo buen inversor a acogerse de posibles bancarrotas y a perseverar sus inversiones a a excepción de.
Lehman Brothers
La caída del sotabanco de inversiones Lehman Brothers en 2008 fue la longevo de la historia. El colapso de la entidad financiera estadounidense causó una honda conmoción en la bienes norteamericana y mundial.
El desastre comenzó a gestarse a partir de 2002, cuando tuvo emplazamiento una importante desnivel de los tipos de interés en Estados Unidos. La banca estadounidense concedía un comba excesivo de créditos sin valorar la solvencia de sus futuros clientes. Fue así como terminaría por explosionar en 2008 la crisis de las denominadas “hipotecas basura”.
Legado el momento, los clientes se vieron imposibilitados para hacer frente al plazo de sus hipotecas. Precisamente, Lehman Brothers había adquirido gran cantidad de títulos vinculados a hipotecas basura. Así, en 2008, la entidad llegó a perder el 95% de su valencia histórico mayor, el cual había registrado en 2007.
El 15 de septiembre de 2008, Lehman Brothers anunció su bancarrota. La deuda llegó a ascender hasta los 691.000 millones de dólares. La crisis se extendió rápidamente por todo el mundo, la confianza se desplomó y los estados tuvieron que aparecer al rescate de los bancos para evitar el colapso del sistema financiero.
Washington Mutual
La entidad Washington Mutual se situó como la principal caja de ahorros en Estados Unidos. Al igual que grandes entidades como AIG, Bear Stearns o Lehman Brothers, se vio arrastrada al torrentera por la crisis económica de 2008.
La bancarrota de Washington Mutual llegó a suponer unos 307.000 millones de dólares. En septiembre de 2008, la desconfianza se extendió entre sus clientes, que procedieron a retirar masivamente sus depósitos.
Incautada por la intervención del Área del Fisco, terminó siendo comprada por el sotabanco de inversiones JP Morgan. Sin incautación, existe polémica respecto a su adquisición, pues hay quienes consideran que la longevo caja de ahorros estadounidense fue confiscada de forma ilícita.
WordlCom
La compañía estadounidense WorldCom era la segunda longevo empresa de telecomunicaciones en Estados Unidos. Su caída en 2002 no solo supuso una dolorosa bancarrota, sino un gran escándalo corporativo.
WorldCom y su creador, Bernie Ebbers, eran homólogo de éxito empresarial en los Estados Unidos. Sin incautación, tras aquella imagen de popularidad se ocultaba un gran fraude contable.
La compañía ocultaba el desfalco refiriéndose a él como inversiones de caudal. Las cuentas de la empresa, falseadas, arrojaban beneficios donde debía sobrevenir pérdidas mientras los fondos se desviaban.
La dura competencia en los precios del sector de las telecomunicaciones, la creciente importancia de la telefonía móvil (sector que descuidó WorldCom) contribuyeron al descenso de la compañía.
En julio de 2002, la compañía se declaró en bancarrota. Las pérdidas llegaron a ascender a 180.000 millones de dólares, mientras que 20.000 trabajadores se quedaron sin empleo.
Tras descubrirse que las cuentas de WorldCom fueron falseadas, Bernie Ebbers, como director ejecutante de la empresa, fue condenado a una pena de 25 abriles de calabozo.
Militar Motors
Durante décadas, Militar Motors, fue el fabricante líder de la industria automovilística de los Estados Unidos. A lo desprendido de su extensa trayectoria, logró desplazar a la histórica Ford en la decenio de los abriles 20 y solo hincó la rodilla en 2008, cuando la japonesa Toyota le arrebató el primer puesto.
Una vez más, los mercancía de la terrible crisis económica de 2008 sacudieron los cimientos de la bienes mundial. El sector del automóvil fue uno de los que sufrió con longevo rigor las consecuencias de la recesión.
Así, Militar Motors se vio afectada por diversos factores: unos altos precios del petróleo, las restricciones al crédito y unos sueldos demasiado elevados de sus directivos. Asimismo, la agresiva política de precios bajos de Militar Motors resultó un error desdichado. En emplazamiento de ofrecer importantes descuentos, Militar Motors debería sobrevenir luchado por aminorar costes de producción y distribución.
Todo ello condujo a Militar Motors a la bancarrota en 2009, dejando tras de sí una deuda que se situaba en 172.800 millones de dólares. Solo la intervención del gobierno estadounidense evitó la desaparición de Militar Motors. Así, el gobierno se hizo con el 60,8% del accionariado.
Esta vez, Militar Motors pudo salvarse. La compañía fue saneada gracias a que consiguió desprenderse de las marcas de último rentabilidad. Con la empresa saneada desde el punto de paisaje financiero, los gobiernos de Estados Unidos y Canadá vendieron sus acciones de Militar Motors.
Enron
La empresa energética Enron, creada en 1985, era una de las más destacadas compañías cotizadas en Wall Street. Con 21.000 trabajadores en plantilla, registraba una emblema de negocio de unos 100.000 millones de dólares.
Más allá de aquellas espectaculares cifras, su nombre ha sido homólogo de tráfico de influencias, codicia y falseamiento de cuentas. De hecho, el escándalo de Enron todavía arrastró al torrentera a la firma de auditoría Arthur Andersen.
Si proporcionadamente desde su origen Enron tuvo una trayectoria recto, los problemas comenzaron a reproducirse en 2001. Mientras tanto, los altos ejecutivos de Enron hacían todo lo posible por ocultar los sobornos y una contabilidad que inflaba los beneficios de la empresa.
Los rumores de las cuentas falseadas de Enron se extendieron por los mercados y la desconfianza se apoderó de los inversores. Las acciones de la compañía cayeron en picado, pasando de los 90 dólares en el año 2000 a un valencia inferior a 1 dólar en el año 2001.
En enero de 2002, las acciones de Enron fueron retiradas de Wall Street y su presidente, Kenneth Lay, dimitió. Lay terminó siendo condenado judicialmente en 2006, aunque falleció antiguamente de aprender cuántos abriles pasaría en prisión.
La reputación de Arthur Andersen todavía quedó gravemente afectada, pues era responsable de auditar las cuentas de Enron. Y es que, la firma de auditoría admitió que algunos de sus trabajadores habían tomado parte en la destrucción de documentos de Enron.
Analizando las grandes quiebras, encontramos que suelen presentar medios comunes: codicia, falseamiento de cuentas e información y políticas comerciales que resultaron ser fatales. Por consiguiente, la transparencia, la honradez y una correcta diligencia de los riesgos son medios que pueden contribuir decisivamente a la hora de evitar una ruina que tiro a la bienes a una bucle de desempleo y endeudamiento.