WhatsApp, desde 2015, ofrece WhatsApp Web, la interpretación de escritorio con la que puedes remitir y percibir mensajes, fotos, GIFs y vídeos desde la comodidad de un teclado físico. Incluso hacer y percibir llamadas telefónicas o videollamadas.
Uno de los motivos por los cuales WhatsApp Web es tan útil es porque se puede usar en prácticamente cualquier navegador innovador, en virtualmente todos los sistemas operativos de la presente. Por otra parte se ofrece una app para Windows y Mac que funcionan básicamente igual.
Su presentación fue extremadamente adecuadamente recibida y su uso ha ido en definitivo aumento. No debería extrañarnos, sobre todo si consideramos que se comercio de la app de transporte más popular del mundo, con 2000 millones de usuarios activos mensuales.
Cómo activar WhatsApp Web
WhatsApp Web funciona haciendo una especie de espejo entre la app de tu dispositivo móvil y la web app desde la que puedes chatear en el escritorio o el portátil.
Para utilizarlo debes tener una conexión Wi-Fi. Los dos dispositivos deben estar en la misma red, al menos para la configuración original y emparejamiento. En tu escritorio o portátil debes de entrar a web.whatsapp.com, donde te mostrará un código QR.
Luego, deberás rajar WhatsApp en tu teléfono, ceder al menú de configuración e ingresar a la opción de WhatsApp Web. La app te dirá que escanees el código QR, y una vez hecho eso, finaliza el proceso de emparejarlos.
Ahora aparecerán los mismos chats de WhatsApp en el teléfono con WhatsApp web en la pantalla de tu portátil o equipo de escritorio. Ya no hará desatiendo que los dos dispositivos estén en la misma red para poder usarlo.
¿Por qué un código QR?
Los códigos QR son un sistema de identificación único que pueden ser generados de forma hacedero y se pueden usar para un sinfin des cosas. Desde la identificación de un producto o servicio, una forma rápida de compartir enlaces web en el mundo auténtico —por ejemplo para ceder a un menú en un restaurante desde el teléfono—, hasta como un sistema de seguridad.
Este posterior ejemplo es el caso de WhatsApp. El código QR es una forma adecuada de comprobar que el dueño del teléfono está físicamente cerca del equipo de escritorio o portátil. Por lo tanto es la forma más segura de enlazarlo con con WhatsApp Web.
¿Se puede usar WhatsApp Web sin escanear el código QR?
Tal y como se explica en el punto susodicho, es prácticamente irrealizable usar WhatsApp Web sin escanear el código QR. Por otra parte de ser la única forma de emparejar la app con su interpretación web, el código está en constante cambio y rotación.
De esa forma, no tiene sentido se evita la posibilidad de una captura de pantalla e intentar emparejarlo de forma fortuita, cuando el dueño del smartphone no lo nota, por ejemplo.
Cualquier alternativa o medida extraño para usar WhatsApp Web sin escanear el código QR pondría en peligro y vulneraría la seguridad y la privacidad de las personas. De hecho, normalmente este tipo de preguntas las suelen hacer personas que quieren espiar las conversaciones de otros. Y eso en algunos países, inclusive, es penado por la ley.
Pero sí que hay una forma de saltarse el código QR
Pero ojo, sí que hay una forma de usar WhatsApp Web sin escanear el código QR. Se puede conseguir sólo y exclusivamente cuando el dispositivo y la interpretación web están previamente emparejadas.
Si, por algún motivo, el equipo de escritorio o portátil quedan desatendidos, y WhatsApp Web ya fue configurado previamente, cualquier persona podría abrirlo y mirar las conversaciones. De hecho este es el motivo por el cual recomendamos no dejar abierta la sesión. Indemne que seas la única persona que lo usa, o tu sesión tenga contraseña, es mejor que no lo hagas.
Si hay temor de que otros adivinen la contraseña de paso a tu equipo, es mejor que cierres además la sesión de WhatsApp Web. Puede sonar un poco paranóico, pero es mejor que tengas un anciano cuidado con tu privacidad.
Recuerda: la seguridad más débil siempre somos las personas. Una de las últimas vulnerabilidades descubiertas de WhatsApp es un gran ejemplo de cómo muchos abusan de la «ingenieria social».